Órganos de la comunidad internacional como la ONU, OEA, la Unión Europea, Caricom y otros no menos importantes, apuestan a una salida pacífica para el conflicto de Venezuela. Personajes de la academia como Fernando Mires, Jhon Magdaleno y Luís Vicente León han legitimado el diálogo y la negociación como un carril necesario para un avance importante en la derrota al neo-totalitarismo de Nicolás Maduro.
Como un subproducto de la ceguera política de algunos actores sociopolíticos radicales, se satanizó esos métodos de abordaje al caos. Ciertamente hubo fallas en episodios pasados, pero no se puede señalar a tales elementos como la causa del fracaso, quizás es necesario evaluar los miembros involucrados y las formas en que se dinamizaron los diálogos y negociaciones anteriores. Así como el Presidente Juan Guaidó no he logrado en definitiva la cese de usurpación por factor tiempo, recursos y talentos, asimismo los medios de resolución de conflictos requieren de esos mismos elementos, especialmente tiempo. Son 20 años de un gobierno no convencional que se apoderó del poder político nacional, pensar que hay salidas inmediatas y mágicas, es el mayor error del escenario público nacional.
La paz se logra con quienes hacen la guerra, no hay precedentes de salidas a conflictos negociando con monjes tibetanos o con el Papa. Donde sí existen experiencias exitosas, son en Chile, Argentina, Brasil y Costa Rica, sobre el diálogo y la negociación ante conflictos armados y crisis sociales.
El objetivo de una estrategia con ese enfoque para un escenario como el venezolano, debe tener cuatro fases: diálogo, negociación, compromiso y cumplimiento; fomentar bajo esos ejes de acción las condiciones necesarias para la solución integral, estable y con el menos saldo negativo en las vidas de los ciudadanos. Los temas a tratar deben ser de interés social superior, es decir, que atiendan los problemas de la gente y no solamente los intereses partidistas. La salida de Nicolás y su equipo debe ser inminente, un nuevo CNE es indispensable y la responsabilidad jurídica de algunos altos funcionarios es elemental. Desde luego que los neo-totalitarios van a exigir algunas peticiones que se tendrá que ceder y eso, no debe verse como una traición o que se está claudicando, es que así es la negociación para casos tan complejos como los del país. Politizar la ayuda humanitaria es un error táctico de algunos, vender una esperanza improbable sobre asuntos bélicos es una falla discursiva y jugar al sensacionalismo cortoplacista en las redes sociales, es una condena al fracaso. La madurez política debe prevalecer, guste o no, el diálogo y la negociación será un medio por transitar en la carrera de 100 metros para salvar a Venezuela. ¡Sigamos!
En la estrategia planteada por la AN y JG debe tener un punto de felxibilidad o ser sujeta a revisión para tenga efectividad en corto plazo con resultados beneficiosos para la población (pueblo) Venezolanos y no logros partidista en la carrera de quien tiene la razon, creo hoy la importancia de la negociación política puede lograr mas el «Cese de la Usurpación» que una opción donde el «Si o Si» sea impuesto por uno de los bandos que intervienen en el conflicto, la realidad es que en ambas posturas radicales donde ¿Quien tiene la razon? Es quien domina, es la población venezolana la de a pie la que sufre, es y será siempre la Negociación la respuesta a la solución de los problemas internos del País y asi lo demuestra la historia, pero dependera de la madurez política en liderazgo del país de ir en contra de discurso sumisos a tendencias de redes sociales, Saludos mi pana!
Hagamos un ejercicio: Asumamos que el Diálogo es aceptado por la mayoría de los sectores políticos en Venezuela. Cómo comenzar? Dónde sería el escenario? En público? En privado? Quién o quiénes serían los intermediarios? Intermediarios que, supongamos, podrían postularse y además proponerlos por igual número las partes (gobierno legítimo y el gobierno usurpado) y posteriormente ser elegidos por sorteo o mediante otros criterios de selección, para lo cual se requeriria la conducción de agencias internacionales especializadas en negociacion. Negociación que en una primera fase iniciaría: (quizá) presentado cada uno sus condiciones y/o pretenciones por separado? En un acto único y formal con el intermediario, como en una Mesa de Diálogo, en la que además ambas partes pueden proponer las reglas? En qué momento y de que forma las partes designarian, ante el incumplimiento de algún punto acordado, el actor, instancia u otro que se faculte para hacer cumplir de forma forzosa y coactiva los acuerdos incumplidos, en el caso que unos se cumplan voluntariamente y otros no? Finalmente considero, en este ejercicio, que deberá en todo caso, ratificarse este acuerdo mediante un Referendo Consultivo, esto garantizará que el proceso haya sido en el beneficio real de los Venezolanos y Venezolanas y no a intereses particulares, garantizaría la NO DESNATURALIZACIÓN DE LOS FINES DE LA NEGOCIACIÓN, puesto que, entre muchas otras manifestaciones, el gobierno usurpado quizá hasta el gobierno legítimo, han evidenciado su voluntad de hacer un gobierno conjunto, lo cual solo seguirá profundizando el daño del Modelo Económico (raíz de muchos males), sencillamente no seria posible, sería como avanzar en direcciones opuestas. No es posible que convergen demócratas y socialistas o sencillamente personas que no tienen ni la mínima visión del progreso y desarrollo, por lo que tecnicamente sería casi imposible un diálogo o el cumplimiento de los acuerdos del diálogo por la naturaleza misma del gobierno usurpado, no conocen el respeto a la vida, a la ley, tampoco respetaría un diálogo, solo se prolongaria su actuar delictivo flagrante y continuado. Por lo cual y para concluir, el diálogo no es compatible con la situación actual en Venezuela. El diálogo sería un fruto del árbol envenenado, por lo que forzosamente no habría otro remedio que la erradicación del árbol. (El fruto del Árbol Envenenado es propio de la doctrina procesal penal que yo considere pertinente emplearla para ilustrar). Gobierno ursurpado y gobierno legítimo son irremediablemente antagónicos que no admite que uno ceda en favor del otro.