Hace pocos días, Mario Silva se refirió a la Asamblea Nacional actual, como un espacio alejado del pueblo y destinado a conspirar; lo que hace recordar una incuestionable reflexión: “Algunos políticos sostienen que la única manera de hacer seguro a un revolucionario es darle un escaño en el parlamento.” Esta es una reflexión hecha por el escritor británico Clive Staples Lewis, pareciera que hoy en Venezuela tiene gran vigencia a propósito de algunos reclamos que están pidiendo políticos aliados al PSUV, después del próximo 10 de enero de 2018. Necesitan dar “espacios de poder socialista” para tener lealtad entre quienes comienzan a sentirse incómodos. Hay cuatro temas por mencionar y que deben ser revisados de manera minuciosa para ampliar el análisis en los próximos días:
EL INFILTRAJE COMO MEDIO PARA (DES) LEGITIMAR: Las prácticas en el manual de operaciones psicológicas cubana, parten de la máxima sobre la desconfianza como madre de la seguridad. Estar en un constante proceso de investigación interna procurando encontrar movimientos de pensamientos disidentes, es la muestra más fehaciente del temor en el seno del gobierno nacional por tantos intereses dentro y fuera del PSUV. Sería difícil saber qué es más vergonzoso, si desconfiar de un amigo o ser traicionado por ellos. Alguien preguntaba ¿Por qué pelear la Asamblea Nacional si queremos sacar a Nicolás? La respuesta es enfática: los grupos subdivididos en el partido de gobierno, exigirían dádivas que no tienen como ofrecer. Se enrumbaría una implosión revolucionaria.
PRAGMATISMO O VORACIDAD: Ante los fallidos intentos de la oposición en sacar a Nicolás de la presidencia, se plantean dos escenarios: la practicidad para el mantenimiento del legado dejado por un hombre controversial, blindado social y políticamente o un comportamiento político desenfrenado ante un mínimo de ética en la organización y gestión del Estado. Hay una especie de indicadores que ponderan sobremanera la segunda opción, pues se pone en manifiesto los intentos de neutralizar cuadros políticos del GPP y las oposiciones.
INJERENCIA EXTRANJERA COMO POLÍTICA DE ESTADO: Las alianzas estratégicas con otros gobiernos, es la práctica política más normal en las acciones por tomar o mantener el poder. Sin embargo, en Venezuela hay un conflicto generado por la intromisión de gobiernos extranjeros. Por un lado, una parte de la oposición pide a gritos desesperados que militares de los Estados Unidos invadan territorio nacional, creyendo que así saldrá Nicolás. Por otro lado, el gobierno nacional continúa la práctica de poner en riesgo nuestra soberanía con la entrega de recursos a Cuba, Rusa, China, Corea del Norte y otros países, a cambio de un eventual apoyo militar. Ambos casos, carecen de sensatez.
DISONANCIA COGNITIVA: Funcionarios del partido de gobierno (PSUV), dicen lo que no practica. Sin hablar de un sector de la oposición. Todos aseguran querer un cambio pero no definen una hoja de ruta, tampoco presentan metas claras y sigue una preocupante ausencia de liderazgo que pueda asumir las riendas del quehacer político para el cambio. Parece que, unos pocos, están en una zona de confort que no quieren dejar.
Como quiera que sea, las navidades serán la excusa perfecta para bajar las tensiones ciudadanas, mientras los factores de poder reajustan sus juegos de ajedrez político. O más bien, de bolas criollas. Veremos.
Es importante referir una y otra vez , creo cuántas sean necesarias la que inmediatez nos ha desequilibrado e insisto , por culpa de las aspiraciones de «algunas» vías según Democráticas… El 10 de Enero seguirá Nicolás cómo inquilino de Miraflores y se mantendrá hasta tanto las radicalidad es comprendan que no pueden manejar un llamado sin que participen todas las fuerzas …. Maduro seguirá enquistado mientras un sector siga golpeando defenestrando ensuciando a líderes que se han mantenido , y mientras sigan culpando a la AN de todo olvidando que esto es un problema político q debe ser resuelto por políticos de experiencia y con participación de todos