El votante infiel es el título de un libro escrito por Lucy Gómez y de recomendación abierta para comprender la idiosincrasia de los venezolanos en temas electores, su comportamiento político. Ese elector no guarda fidelidad a compromisos, a sus partidos políticos, actores sociales y acciones políticas. Solo actúa y decide al momento coyuntural de manera emocional, lo que ha llevado a un desastre de ideas y con ello, a conflictos sociales profundos.
En Venezuela, las manifestaciones son cada día más normales entre paros, concentraciones, caminatas, encadenamientos y hasta huelgas de hambre como una supuesta forma de presión ante la inoperancia de algunas instituciones del Estado en manos del gobierno socialista. Muchos de quienes protagonizan estas acciones, fueron los mismos que votaron por un “príncipe azul” que ofreció seguridad, empleos, casas, educación de calidad, libertad, entre otros supuestos. Luego ese príncipe se convirtió en un lobo, parafraseando al grandioso Maquiavelo. La gran mayoría de los venezolanos que no poseen corresponsabilidad social, política, constitucional o simplemente ciudadana, tienen como estilo de vida el reacomodo según sean sus necesidades e intereses. Ellos son los grandes precursores del deterioro institucional en la Venezuela socialista y destruida, pues convalidan la permanencia de Nicolás en el poder mientras reciben dádivas, beneficios paupérrimos de las arcas del Estado.
A lo anterior se le suma la práctica del “sistema de cuotas políticas”, es decir, un año para un sector político partidista y el siguiente para otro. Las negociaciones sobre intereses económicos, políticos y del liderazgo siempre estarán de espalda a los ciudadanos, a los electores. Entonces, ¿cómo esperar un votante fiel? En las 5 grandes ciudades de Venezuela (Barquisimeto, Valencia, Maracaibo, Maracay y desde luego Distrito Capital), el desgaste en el poder también es motivo para que los electores rechacen algún político que ha estado por mucho tiempo en la palestra pública. Entre abstencionismo, votos volátiles, convicciones ideológicas y votos castigos, el elector venezolano simplemente es infiel. Inclusive, la postura de un docente, entendiéndolo como un ciudadano de visión proyectada, al evaluar la realidad política, éste varía entre la razón y la emoción, entre un idealismo quizás utópico y unos intereses personales. Usaría el voto en función de sus intereses personales y utilitarios. Aún frente al colapso en la institucionalidad del voto, vale la pena preguntar: si ayer los venezolanos fueron anti izquierdistas, ¿mañana serán ex chavistas? Veremos.
A veces al igual que muchos, pienso que políticos de trayectoria y honorabilidad han renunciado a los principios y valores partidarios para adaptarse convenientemente a la coyuntura política. Entiéndase convenientemente también en el más benevolente sentido No es fácil en algunos casos asumir la voz que denuncia a la dictadura. Pero si, muchos políticos han renunciado a los más elementales valores democráticos motivando al electorado ilusamente a participar “democráticamente” en cada proceso electoral cuando la realidad es que forzosamente deben implementarse otras medidas: radicales y no radicales, pero estamos atemorizados, muchos seguimos teniendo miedo de actual, de expresar abiertamente un pensamiento radical y por eso nos refugiamos infértilmente en el pensamiento democrático que perfectamente tendría cabida en un régimen democrático, evidentemente no es el caso venezolano,
Ya no puede esperarse fidelidad a un partido o a líderes políticos cuando reina el descredito y la desconfianza de los mismos. Es grande, inmensamente grande la frustración política del venezolano y seguirá siendo hasta que se convenza (o quizá está convencido solo que no tiene medios) de que la estrategia de cambio en cada partícula del gobierno será posible mientras pequeños grupos puedan dividir ese gran átomo: gobierno que parece indestructible. Hay millones de ex chavistas. Hoy tenemos a un presidente que ha sido destituido por el pleno del Tribunal Supremo de Justicia, como podemos esperar del Venezolano que sala masivamente a votar? No es que haya renunciado a sus principios y valores democráticos sino simplemente no hay garantía, es como ir a un duelo donde la pistola de uno no tiene carga mientras que la del otro un súper peine.