Han sido días con grandes mezclas de incertidumbre, coraje, muertes y lesiones. De esperanzas necesarias para conseguir el cambio obligatorio de la Venezuela destruida en tiempos socialistas. Hay algunos elementos por considerar:
- COMUNIDAD INTERNACIONAL: países aliados al Presidente Guaidó y algunos actores de la comunidad internacional, están actuando de manera cautelosa. Entre el respeto al derecho internacional público y los intereses de la democracia para el mundo, acciones bélicas apresuradas pudieran ser usados a favor de los usurpadores neodictadores. Por más que existan sobradas razones para combatir a Nicolás y asociados, debe hacerse con milimétrico cuidado, pues es un grupo criminal no convencional que está preparado para todo escenario. El costo social de una “alocada intervención” como lo piden muchas personas, sería alto e irremediable. Por tanto, los Estados Unidos, Colombia, Brasil y demás, están haciendo lo que pueden y deben.
- MILITARES: la máxima en éste oscuro episodio del país, es sumar el mayor número de disidentes socialistas a las filas democráticas en apoyo al Presidente Guaidó. Pero cuidado: hay personajes que resultarían más dañinos que agentes de cambios. La amnistía no es sinónimo de personar aberraciones a los derechos humanos ni mucho menos como un salvoconducto para las responsabilidades jurídicas. Hugo Carvajal Barrios es un arrepentido situacional, nada positivo aportaría. Perdonar no es claudicar ante la necesaria lucha por hacer lo correcto.
- PRESIÓN SOCIAL INTERNA: el humano es por naturaleza, políticamente reactivo y el venezolano, tiene un elemento que pudiera ser una gran virtud: esperanzado en las adversidades. Pero en paralelo pudiera ser una característica que juega contra la propia capacidad de entender los escenarios probables, posibles e inviables; cayendo en muchas oportunidades en una utopía que desgasta, desmoviliza y desmotiva. Al concatenarse dichos factores ocurre lo que constantemente ha pasado en otrora oportunidades, un descrédito que desune a los ciudadanos con los líderes democráticos. Son momentos para estar más unidos, crecidos y dispuestos.
- INSTITUCIONALIDAD: hay un tema sumamente complejo por tantos vacíos jurídicos y tiempo en contra. El rescate de la institucionalidad demanda articular, entre otras cosas, los procedimientos debidos para la nueva fase de reconstrucción del país. Han pasado más de 30 días y no hubo llamado a elecciones, tampoco el nombramiento de los nuevos miembros representantes de los poder el Estado y menos, ha quedado en claro lo que debe pasar con la Asamblea Nacional Constituyente. El primero paso necesario es hacer lo propio con el Consejo Nacional Electoral. Allí recaen muchas posibilidades de éxito o fracaso en el gobierno de transición y las elecciones libres.
Es momento de desencantarnos por la política sensacionalista, “showcera” y dramática, de los cuentos heroicos de mano militar. El contexto histórico exige dejar de ser las víctimas por indefensión del socialismo bolivariano y comenzar un etapa de madurez sociopolítica con pensamientos, declaraciones y actuaciones realistas, racionales y comprendiendo los tiempos. No requerimos intervenciones prodigiosas; se requiere reflexión, aprender de los repetitivos errores y comenzar a exigir por solvencia moral ciudadana. ¡Sigamos!
