LA DIVINA COMEDIA DE VENEZUELA NEOTOTALITARISMO

Existe un proceso de cambios de esquemas de los regímenes políticos en cuanto a sus estructuras y operatividad. La democratización en los gobiernos autocráticos era un hecho que se impulsaba para minimizar las opresiones en el mundo, sin embargo, existen mutaciones en las formas de ejercer el poder y hay disfraces democráticos muy peligrosos. Aunque parezca increíble en pleno siglo XXI, en el mundo contemporáneo siguen existiendo gobiernos y regímenes dictatoriales o, en otros casos excepcionales, sistemas de gobierno democráticos con carácter de dictadura.

En esas nuevas representaciones de las autocracias, hay libertades políticas, partidistas, electorales y económicas, pero con paralelismo en la coacción del Estado para intimidar y minimizar la divergencia mediante presos políticos, inhabilitaciones partidistas, aberraciones jurídicas e incluso, legitiman acciones que son desviaciones del quehacer político. Mediante nuevas nomenclaturas como: modernización del aparataje público, reingeniería política, inclusión de todos los sectores, actualización y apertura del sistema educativo, dinamización económica, competitividad territorial y otros adjetivos más, las nuevas dictaduras disfrazan sus intenciones de utracentralizar el poder político. Son códigos que muestran avances hacia una mayor estabilidad democrática, pero que en el ejercicio de sus funciones minimizan lo que pudiera contrariar sus objetivos. Son formas caudillistas con bases democráticas.

Para el caso específico de Venezuela y al igual como sucedería en la antigua Roma, el gobierno autoritario necesita de inestabilidad política, fuertes crisis económicas y, en definitiva, un descontento social que genera dependencia hacia una figura salvadora que toma el poder a la fuerza, escudándose en restablecer la paz. Sin embargo, se oxigenan con espacios de libre oposición pero con limitaciones violentas, permiten las matrices de opinión en contra pero con pocas ventanas comunicacionales para hacerlo que, a diferencia de las dictaduras típicas cubana o norcoreana, nada de eso existe.

El neototalitarismo se busca el apoyo de las masas, la aceptación y legitimidad, aunque luego usen el poder para erradicar cualquier tipo de disidencia a menudo con prácticas del terror. En el neototalitarismo venezolano, la ideología propia está bien elaborada y tiene un marco de actuación muy amplio dentro de la sociedad como son la cultura, la economía, los valores, costumbres y la religión. El poder está concentrado igualmente en una sola persona esbozando un culto de idolatría hacia esa figura denominada líder, pero con discursos que “respetan las tradicionales divisiones del poder”. Otro elemento distintivo es que el neototalitarismo busca cambiar radicalmente la mentalidad de sus ciudadanos, eliminar cualquier otro tipo de pensamiento y crear una nueva identidad que les permita tenerlos controlados de manera psicológica oscura. Por tanto, abordarlo como oposición debe ser de manera diferencial, inédita, no atípica para poder tener efectividad en las acciones. Si en Venezuela las oposiciones continúan con las maneras previsible de actuar, difícilmente saquen del poder político a los neodictadores.

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