LA MUD PIERDE GANANDO Muestra de un sistema electoral fraudulento.

Desde cualquier perspectiva de análisis, las victorias que algunos actores políticos tuvieron el pasado 21 de noviembre tienen un elemento el común, con todas pírricas.  En términos absolutos, los votos a nivel nacional demuestran que las oposiciones superan al PSUV por casi 10%. Sin embargo, no todas las oposiciones lo son, ya que algunas de ellas tienen estrecha relación con el régimen. A nivel municipal hay un aumento significativo de alcaldías que pueden atribuirse a la oposición, ya que de 25 que tenían subieron a 117. Aunque el tiempo señalará si los ganadores están alineados con la recuperación de la democracia o con el mantenimiento del neototalitarismo. Pero en todo caso lo más importante no es la distribución de cargos, sino el sentir ciudadano que, en un 60%, prefirió no participar en una farsa electoral, la cual es reconocida por la comunidad internacional democrática y que cada día cree menos en políticos que no resuelven y que prometen, pero no cumplen.

El 21 de noviembre no fue el fracaso de algunos y las victorias de otros. Se resalta el fiasco de un sistema político trasnochado, con partidos políticos inoperantes antes las exigencias de los ciudadanos que no tienen espacios de expresión popular, donde los dirigentes nacionales habituales no capitalizaron el descontento social generalizado entre los venezolanos sin importar sus posturas ideológicas. La MUD pierde ganando porque no tienen relevos capaces de representar los nuevos esquemas de dinamizar la política, especialmente la electoral. Es la hora del relevo de un régimen y una oposición que hace tiempo no dan más.

La gran protagonista fue la abstención, pero esta golpeó más al régimen que a la oposición dividida, aunque fundamentalmente, los resultados son una protesta de la población hacia ambos sectores. La gran lección es que de no entenderse la necesidad de una nueva plataforma unitaria y de coalición opositora cierta, los errores seguirán en constante manifestación de errores. A pesar de que este evento electoral no fue una elección libre, ya que como bien muchos sabían antes de que se realizaran, no existían las condiciones necesarias para serlo, el poco pueblo que participó no se dejó engañar por cantos de sirenas y en su mayoría votó por un concepto de unidad que, en medio de los errores cometidos, sigue siendo necesaria.

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