LA PANDEMIA DEL CAOS POLÍTICO

El actual episodio de crisis por la pandemia del coronavirus, es un subproducto de otros trances que han vivido diferentes países del mundo entero. Para entenderla, es necesaria hacer referencia a la crisis económica mundial iniciada en Estados Unidos (2009) y que ha impactado en otras latitudes. La crisis permitió extraer ciertas lecciones para los países en desarrollo. En primer lugar, prevenir este tipo de situaciones exige no solo la regulación de los mercados financieros nacionales sino también la implementación de políticas macroeconómicas consistentes. Además, es necesario construir normas internacionales que moderen los movimientos de capitales. En los países en desarrollo, las crisis tienden a impactar en la balanza de pagos y el frente fiscal y muchas veces generan respuestas de ajuste recesivo, que es exactamente lo opuesto a lo que se debería hacer. Sin embargo, muchos teóricos Matín Rapetti, han asegurado que son mínimos los cálculos hechos en las repercusiones de la funcionabilidad financiera de los países, en virtud de la atención operativa de las demandas sentidas de los ciudadanos. Es decir, calculan las incidencias generales, macros, pero pierden detalles minuciosos sobre  los efectos en la funcionabilidad de las instituciones políticas que dinamizan el cuidado oportuno de las personas.

Mientras los gobiernos del mundo están a la mira de las fluctuaciones económicas para mantener las bases de sus gestiones y ostentar el poder, las precauciones y decisiones que ayuden a prevenir casos de alto impacto en el bienestar social, son mínimas. Según datos del Banco Mundial, el coste global de las pandemias de moderadas a graves es de aproximadamente 570.000 millones de dólares, unos 525.000 millones de euros. La cifra supone el 0,7% de los ingresos mundiales. En el 2003, China vivió un brote viral que infectó unas 8.000 personas y el coste para la economía mundial fue de 50.000 millones de dólares. El COVID-19 lleva más de 120.000.

Mientras los esquemas del poder político sigan teniendo como interés superior las bases económicas, seguirán las naciones sufriendo consecuencias de bienestar social por alejamiento de las decisiones políticas con las demandas o necesidades reales. Es momento de reflexionar, algo están haciendo mal los estamentos del poder y las consecuencias afectan a todos sin ningún tipo de distingo. Eso alimenta un fenómeno atroz como lo es la antipolítica, la cual se verifica en momentos en que el mundo transita un nuevo paradigma de la política que empuja hacia mayores controles de transparencia y el compromiso con la gente, pero los actores involucrados están atendiendo sus problemas partidistas. Los Políticos deben cambiar su “chip”, y abrir sus mentes ordinarias a mundo sensorial de comprensión de la insistencia del establecimiento de unas políticas más transparentes, oportunas, prospectivas y sostenidas. Que procuren la prevención de los escenarios y no la atención de los mismos por emergencias.

CONTÁCTENOS

No estamos por aquí ahora. Pero puede enviarnos un correo electrónico y nos pondremos en contacto con usted lo antes posible.

Not readable? Change text. captcha txt
LLAMAR