LAS CAUSAS DEL DESCRÉDITO DE LA POLÍTICA

Toda acción política tiene que tener un pensamiento previo. Existen principios, fines, medios, actores involucrados, tiempo, talentos, recursos y otros elementos importantes para el éxito del dinamismo en el poder. Cuando es un quehacer político vacuo, nacen entonces flagelos como la corrupción, transfuguismo, inoperancia y todos los males que desacreditan a las clases políticas de un país.

Carlos Matus, máximo exponente de la Planificación Estratégica Situacional, en 1998 sintetiza de manera extraordinaria con 5 causas, las razones del descrédito de la Política en América Latina:

  1. La política está desenfocada. A los políticos les preocupa más los problemas de su partido que los problemas de los ciudadanos.
  2. Los políticos no saben que no saben.
  3. No existe responsabilidad en política. Si algo no se hace o no se hace bien, no hay una responsabilidad por el hecho.
  4. Los partidos son clubs electorales. No piensan en su país.
  5. La política esta ultracentraizada y muy distante de los ciudadanos.

De poco sirve escudarse en que no todos los políticos son iguales, una obviedad manifiesta, ni advertir de las fatales consecuencias para la estabilidad del orden político establecido, una amenaza que al menos tiene la virtud de mostrar lo hondo que esta opinión ha calado. La solución a este problema pareciera a priori muy fácil, pero su aplicación, es muy difícil. Hay que hacer la Política de ideas, y no de chequeras, donde el pensamiento previo esté vivo entre los partidos políticos pero sin caer en procesos dogmáticos estériles, donde la sociedad en general participe proactivamente en ella, y donde los electores congratulen con el voto a los que participan en partidos con proyectos, por las razones correctas, con principios, valores democráticos y nobles fines, que para todo país, naturalmente es llegar al primer mundo en una generación. A su vez, resolver los problemas de las causas de descrédito de los partidos de que habla Matus, realmente formando líderes, políticos preparados, y partidos pensantes. ¿Estará dispuesta la sociedad a participar en esas condiciones?

Como diría el sociólogo Ignacio Sotelo, aunque seguirá creciendo el distanciamiento de la población ante los políticos, mientras la participación no baje de un 50% y se mantenga una polarización visceral entre las sedicentes izquierda y derecha que refuerza la cohesión interna; mientras que la política social, gobierne el que gobierne, descienda a un ritmo tolerable y se perfeccionen los canales por los que transcurre la corrupción, de modo que los escándalos se dosifiquen en el tiempo, y sobre todo sigan los sistemas electorales fraudulentos como poco apropiados para restablecer el prestigio de los políticos, es probable que los partidos esperarán a que pase el chaparrón y se apacigüen los ánimos, sin emprender nada que pueda disminuir el poder acumulado.

CONTÁCTENOS

No estamos por aquí ahora. Pero puede enviarnos un correo electrónico y nos pondremos en contacto con usted lo antes posible.

Not readable? Change text. captcha txt
LLAMAR