¿QUÉ PASA EN LA POLÍTICA LATINOAMERICANA?

Al menos unos 9 países de América Latina están viviendo episodios de crisis por conflictividad social con motivos políticos. Hay discusiones sobre las acciones de los gobiernos de izquierda y las decisiones de los gobernantes de derecha, siendo estéril el debate por un desenfoque de las razones que se conjugan en quehacer del poder. No se trata de corrientes de pensamientos, consiste más bien en procurar una alta gobernanza. En los países desarrollados y con estabilidad, se impone la institucionalidad política, el óptimo funcionamiento del Estado. Ya en el 2011 el ex Presidente costarricense Dr. Oscar Arias hacía mención a la necesidad de superar las discusiones sobre los ismos: capitalismo, socialismo, progresismo, feudalismo… Y más bien gestionar desde el pragmatismo, la simplificación de los procesos, ser competitivo en la región y transparentes en la administración. Crear políticas públicas oportunas y sostenidas no están estrechamente relacionadas con los dogmas de los viejos esquemas de la filosofía política; los nuevos tiempos impulsan una visión para la generación de planes, programas y proyectos que aborden con efectividad las demandas ciudadanas sin importar que sean poco populistas.

Hay elementos que pudieran evidenciar la alineación izquierdista de Latinoamérica para crear caos controlado y luego hacer una práctica común entre ellos: mostrarse como los salvadores del conflicto. Sin embargo, no significa que sea un producto de las fallas de los gobiernos de corte derechista, es más bien un subproducto del errático manejo de los escenarios social, partidistas, económico, comunicacionales y todo lo relacionado con el poder. Se pretende impulsar la integración regional para fomentar el desarrollo conjunto de los países y sociedades. Pero en paralelo presenta así una realidad paradójica: se insta a la integración, pero la relación con los países vecinos suele ser conflictiva. Este hecho no se explica sin la “lacra” que supone el nacionalismo en las sociedades latinoamericanas, que frecuentemente es utilizado como estratagema política por sus gobernantes. En el panorama actual destacan una serie de conflictos bilaterales latentes que perjudican las relaciones vecinales y regionales y que ninguna instancia de integración han ayudado a resolver.

El fantasma de la inestabilidad política recorre el continente, no es exclusividad de Venezuela, haciendo sonar las alarmas de la opinión pública. Todos los conflictos políticos atentan contra la democracia del propio país y toda América Latina. Las crisis sociopolíticas con repercusiones presidenciales, no tienen necesariamente consecuencias sobre la democracia. El profesor argentino Aníbal Pérez Liñán estudió 17 casos de crisis políticas presidenciales en la región ocurridas entre 1996 y 2006. De tantas, 6 casos fueron por rupturas constitucionales con colapsos institucionales y posteriores apremios sociales. En ninguno de los casos se evidenciaron razones definitivas de tildes ideológicos. De allí la importancia de hacer nuevos enfoques de estudios, reorganizar los planes y accionar de manera racional los pasos que puedan recuperar la gobernabilidad de los países latinoamericanos.

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