VENEZUELA Y LA POLÍTICA PARA MEDIOCRES

Aunque la descomposición de la Política en Venezuela lleva décadas, su degeneración fue acelerada en tiempos de esquemas socialistas-bolivarianos. Hicieron un esquema jurídico para ultracentralizar las acciones políticas partidistas desde los intereses partidistas más egoístas en toda la historia democrática del país. Una nueva Constitución ajustada a sus necesidades, fue la primera fase desviación del poder político. Parafraseando al Dr. Contero Peñafiel en Ecuador, los gobiernos populista-socialistas actuales, en el entusiasmo por la corrupción, dinamizan sus acciones gracias a los grupos de narcos en la política y la influencia de colaboradores y de regímenes mediocres, asesores y colaboradores que ocupan cargos diplomáticos, asambleístas y politicastros que ahora buscan espacios en gobiernos seccionales o comodines, a fin de constituirse en piezas clave en el encubrimiento del atraco y la desvergüenza.

El grupo de político representado en Juan Guaidó, es un entorno de reciente ascendencia a una aproximación de lo que es el poder ejecutivo en Venezuela y ya son señalados de conformar grupos que malversan fondos por conceptos de donaciones y ayuda técnica internacional, sin importar las condiciones infrahumanas que viven los ciudadanos. Bien decía el Dr. Carlos Mathus que la corrupción, es un subproducto de la mediocridad. De la incapacidad gerencial que tiene los actores en atender oportunamente los escenarios de la nación. Frente a lo señalado contra el equipo de Guaidó, se hace un show mediático con importante funcionabilidad del espectáculo. Empiezan a justificar a los corruptos o por otro lado los emplazan pero sin mayores  intenciones de remediar los daños causados. Sin dudas que no existe voluntad política por responsabilizar a quienes hacen mal sus quehaceres.

Venezuela se encuentra oprimida por el máximo triunfo de la corrupción: partidos políticos antinatura con poder político nacional. Voluntad Popular, por ejemplo, goza de gran simpatía ciudadana y tuvo la oportunidad de romper esquemas; pero la ceguera política y los vicios heredados se impusieron y ahora son parte de la peste. La crisis política en el mundo no se detiene. El espectáculo de la política mediocre con poca gente preparada y de buenas costumbres que buscan solucionar los problemas del país, debe llevarnos a pensar cómo salir del caos. Por muchos años esta vergüenza internacional se ha repetido con políticos ineptos e ineficientes que se burlan del ciudadano venezolano, envanecidos por el poder, el pago de favores y las malas costumbres. Los hechos y acciones irracionales que ejercen estos ciudadanos que llegan a un puesto público rebasan la capacidad de razonar, puesto que no les importa el honor ni la dignidad de su propia familia. Mientras tanto, sigamos.

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