Conducta Emprendedora y Resiliencia del Venezolano

Todos añoramos de alguna manera encontrar el camino del éxito en la vida, y en el entendido que cada quien tiene una justa medida para su propio éxito; esta pequeña palabra abraza prácticamente el arduo trabajo del ser humano en el acontecer de todas sus dimensiones.

Ordinariamente cualquier ciudadano de cualquier país del mundo percibe su realización personal y social en función de condiciones  económicas, sociales y políticas; que si bien no lo favorezcan de forma directa, tampoco lo limiten a grados superlativos de cercenar su avance y desarrollo.

El mundo de hoy, se pudiera sectorizar entre estados que comprenden el ser humano en su integral dimensión de progresión y desarrollo (Finlandia, Noruega, Suiza y otros), los que aportan políticas públicas para que esa variable esté presente en sus sociedades (Canadá, EE.UU, Japón, Alemania y otros),  los estados o economías emergentes que luchan por mantener un mínimo de argumentos jurídico legales para tener al ciudadano como eje central de su desarrollo (Holanda, Bélgica, Brasil, México, Colombia y otros), y en ultima los estados para quienes los ciudadanos son simplemente un vehículo de mantenimiento y ejecución del poder (China, Turquía, Irán, Venezuela y otros).

En cada una de estas sociedades la máxima expresión de la libertad humana, elemento preponderante para aspirar al auto desarrollo y realización personal, se ejerce de formas muy diversas y en algunos casos antagónicos en su práctica cotidiana; de esta manera, el obtener el éxito dentro de ellas, se convierte en un distinto peregrinar por el impacto de las políticas públicas de desarrollo tan disimiles como estrafalarias en algunos casos.

Si estos son los contextos y esta la realidad, entonces, la gran pregunta que salta a la vista es: ¿Cómo obtener un mínimo de éxito en estados totalitarios que son dirigidos por individuos a quienes solo les importa el poder por el poder?…

Mi amada Venezuela es un caso de muchos de ellos en el urbe continental y en las últimas dos décadas se ha convertido en un ejemplo mundial de verdadera guillotina que mutila hasta los más mínimos pensamientos libertarios de sus ciudadanos.

Sin embargo, en Venezuela siguen soplando bocanadas de vientos  y exhalaciones de millones de personas que aspiran a su propia realización personal y el encuentro de su propio éxito. ¿Cómo comprender este fenómeno sociológico en justa dimensión?

David Mc Clelland  el creador de la teoría de la motivación al logro, hace solo 2 décadas definió científicamente al Emprendedor humano exitoso a través de la práctica y comportamiento de 10 Conductas permanentes que son: tener metas claras, buscar oportunidades, ser persistente, asumir riesgos calculados, ser cumplido, practicar la calidad y la eficiencia, buscar información, ser planificado, crear redes de apoyo y tener auto confianza.  ¡Eureka¡, la buena noticia es que también los Venezolanos albergábamos algunas de ellas, pero en la generalidad de los casos no teníamos conciencia plena de poseerlas y por lo tanto no las usábamos como herramientas de poder para lograr nuestros sueños, ideas o realizaciones personales.

No obstante, el largo oprobio de 4 lustros de hasta ahora estado totalitario pareciera estar posibilitando por una especie de osmosis, la recuperación de ese sub-consiente colectivo de visos de conducta emprendedora que sub yace en el consiente del ciudadano común y de a pie.

El Venezolano común tal vez no lo sepa técnicamente, sin embargo, estas 2 décadas de hecatombe social le siguen extrayendo de sus propias entrañas, las más nobles capacidades de sintonizar el poder de hacer frente a la odisea de nefastos acontecimientos, con su irrenunciable deseo de lograr el éxito, iluminado por el comportamiento resilente que no  da cabida en lo más mínimo a renunciar a sus quimeras libertarias; muy a pesar de la planadora que cual Goliat del siglo XXI, continua subyugando a sus ciudadanos, desde lo más simple de sus necesidades básicas, hasta lo más loable del ser humano, que es su propia felicidad.

Para nadie es un secreto que la conducta, vivenciada a través de comportamientos prácticos dirigidos, es la verdadera brújula del desarrollo humano y esto lo percibimos y lo seguiremos observando en millones de Venezolanos que desde dentro de su patria, o en la diáspora de su momento presente; continúan trabajando por un país digno, donde el éxito no sea una palabra hueca y sin contenido; sino que se constituya en baluarte de las libertades y el desarrollo integral de cada uno de sus ciudadanos.

Sin hacer alarde de triunfalismo, siento que ya lo estamos logrando; trazas de conducta emprendedora sumada a su férreo comportamiento resilente, seguirá siendo la clave para su propio éxito.

 


 

International Master Trainer. Programa Empretec-Unctad-ONU

MSc. En Educación

Oscar Murillo O.

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